Oh, perpetuo deseo y vana espera,
tristes suspiros, lágrimas que suelen
hacerme brotar ríos cuya fuente
y manantial mis ojos los encierran.
Oh, crueldad inhumana, oh, aspereza,
compasivo mirar de luz celeste:
del corazón transido pasión fuerte,
¿creéis que aún podrán crecer mis penas?
Que Amor siga ensayando en mí su arco,
que arroje nuevos dardos, fuegos nuevos,
que se ensañe y que intente lo más bajo.
Tan afectada estoy en todas partes
que ya una herida más sobre mi cuerpo
no encontrara lugar para empeorarme.
Comentarios
Publicar un comentario