Vivan aquellos que no hacen nada
no ven nada no sienten nada cuyos
corazones están dotados de prudencia
como un diafragma en
el atractivo umbral del útero para impedir la entrada
del oprobio del furor seminal. Me
han dicho que también el búho porta la sabiduría
en un anillo de defensa alrededor
de cada ojo vulnerable asegurándolo rápidamente
contra los dardos de la vista. Hace mucho
en Medio Oriente Poncio Pilato
en público se lavó la implicación
de sus manos blancas y se hizo famoso. (De todos
los oficiales romanos antes y después de él
¿quién más se nombra
cada domingo en el Credo de los Apóstoles?) Y
hablando de apóstoles aquel otro tipo
Judas tampoco era tan
tonto; aunque muy difamado por
las generaciones sucesivas el hecho es que
él fue el único en esa multitud abigarrada
que tuvo el suficiente sentido común de distinguir enseguida
un movimiento destinado al fracaso
y largarse rápido, con un trato que le dejó
un lindo saquito abultando
el bolsillo de su abrigo —un tipo sensato.
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