la primera vez que te vi
tu rostro estaba amortajado
tus delicadas formas descansaban
bajo la sábana color burdeos
gentilmente puesta sobre los hombros diminutos
la primera vez que te vi
reposabas en el helado desvío alquitranado
bajo el muro tatuado
bajo el latido azul estroboscópico
la primera vez que te vi
nos saltamos la cinta de no pasar de la peluquería
y penetramos en las agradables entrañas del café ganesh
y con vino tinto y alitas de pollo
hablamos de la vida el matrimonio y la poesía
cuando marchamos
tu tenaz presencia
había sido convenientemente suprimida
tu sombra borrada de la calle
la suave lluvia invernal
se ocupaba del recorte seco
en el que te habías tendido
el tráfico circulaba de nuevo
la primera vez que te vi
me pregunté quién te habría acunado de niño
Comentarios
Publicar un comentario