El poeta y la musa

Euterpe, Musa de la música y la poesía lírica (1630s), Simon Vouet



El Poeta

¿Por qué, por qué lo quiso así el destino,
y sobre mi fragilidad se modeló un poeta?
Vanas son mis palabras; los sones de mi lira,
aunque bien musicales, no son auténticos.

Quisiera cantar un sentimiento noble,
sueños son, lo sé, la gloria y la virtud.
Adondequiera que mire encuentro desencanto,
y siempre mi pie resbala sobre espinas.

La tierra es una esfera sombría, falsa y fría.
Mis engañosas canciones, imagen son del mundo.
Canto al amor y la alegría. Parodia miserable,
lira miserable, presa de todos los engaños.

La Musa

No eres, poeta, mentiroso. El mundo al que
tú miras es auténtico. Las cuerdas de tu lira
sólo conocen la verdad y en esta vida
sólo ellas son nuestros seguros guías.

Eres un servidor de lo divino. Se te dio esa parte
en la belleza y el placer. Un dulce canto
fluye de tus labios, y eres como un arca de mirra
—áurea promesa y voz que viene de lo alto.

Si la tierra se cubre de tinieblas, no temas.
No pienses que es una oscuridad eterna.
Estás, amigo, cerca de los placeres, flores y valles;
sé firme y marcha adelante. ¡Aquí está el amanecer!

Una ligera bruma tan sólo amedrenta tus ojos.
Bajo su peplo propicio, la naturaleza te apresta
coronas de rosas, violetas y nobles narcisos,
fragante recompensa de tus cantos.

Constantinos Cavafis (1863–1933), de Poesía completa (2011, tr. Pedro Badenas de la Peña)

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