Feliz oh noche, noche llena de brillo;
Oh lecho alegre por mis largos deleites;
Cuántas palabras conversadas entre abundantes cirios;
Luchas cuando las luces se extinguieron;
Ahora con pechos desnudos forcejea conmigo,
Oh lecho alegre por mis largos deleites;
Cuántas palabras conversadas entre abundantes cirios;
Luchas cuando las luces se extinguieron;
Ahora con pechos desnudos forcejea conmigo,
La túnica abierta con lentitud
Y entonces ella separando mis párpados dormidos,
Con sus labios; y era su boca que decía:
¡Flojo!
Con sus labios; y era su boca que decía:
¡Flojo!
Con qué abrazos variados, nuestros brazos cambiándose,
Sus besos, cuántos, lentos en mis labios.
No hagas de Venus un movimiento ciego,
Los ojos son los guías del amor,
Paris tomó a Elena desnuda del lecho de Menelao,
Cuerpo de Endimión desnudo, brillante cebo de Diana,
—así al menos lo cuentan.
Mientras se tuercen juntos nuestros hados, saciemos nuestros ojos con amor;
pues una noche larga viene a ti
y un día en que no vuelve el día.
Que los dioses nos pongan cadenas
Que los dioses nos pongan cadenas
y no haya día que las rompa.
Necio el que fije un término a la demencia del amor,
Pues el sol arreará caballos negros,
la tierra sacará trigo de la cebada,
El río irá a la fuente
Antes que sepa moderarse Amor,
Nadará el pez en seco.
El río irá a la fuente
Antes que sepa moderarse Amor,
Nadará el pez en seco.
No, mientras es posible, no acabe el fruto de la vida.
Coronas secas botan pétalos,
con sus cañas se tejen canastos,
Hoy gozamos el gran resuello de los amantes,
mañana el hado nos lo quita.
Aunque tú des todos tus besos
das pocos.
No puedo trasladar a otro mis penas.
Habré muerto en las suyas;
Si ella me otorga tales noches
Si ella me otorga tales noches
mi vida es larga, larga en años,
Si me da muchas,
soy Dios por un tiempo.
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